Los equipos de respiración autónoma le suministran al usuario protección respiratoria independiente para poder trabajar en lugares con atmósferas contaminadas o con falta de oxígeno.
Tipos de equipos:
Semiautónomos (Línea de aire) – son los equipos donde el suministro de aire se realiza desde el exterior a través de una manguera, gracias a un compresor u otro artilugio. Tiene el riesgo de que si falla el suministro de aire por el fallo del compresor , o por la rotura de la manguera, el usuario quedará sin protección respiratoria y podría quedar atrapado. Otro problema es que se está restringido a la longitud de la manguera, no pudiendo el rescatador avanzar más allá de su longitud. Su principal ventaja es que el suministro de aire podría ser ilimitado al no depender de botellas de aire comprimido.
Autónomos – en este caso, incorporan la fuente de aire en una botella o circuito cerrado. Se dividen en equipos de circuito cerrado y equipos de circuito abierto.
Circuito cerrado – en éstos, el aire exhalado no es expulsado al exterior, vuelve al equipo para ser regenerado. Su ventaja principal es la autonomía ya que nos permite dependiendo del modelo de 2 a 4 horas de servicio.
Circuito abierto – en este caso se utilizan botellas de aire comprimido. El equipo consta de una espaldera que sujeta la botella, un reductor de presión, un bodyguard (el antiguo manómetro de presión) y la máscara.
Estos últimos equipos suelen ser los más usados por los rescatistas. Las botellas pueden variar de tamaño pero por general son bastante estándar. Su duración dependerá del consumo del usuario y de la actividad que esté realizando. De forma orientativa los consumos pueden ser:
- En reposo – consumo de 15 Litros/Minuto – duración de unos 100 min
- Con trabajo ligero – 35 litros/Minuto – duración de unos 30 min
- Con trabajo pesado – consumo de 50 Litros/Minuto – duración de unos 16 min
Colocación de la espaldera:
- Las cintas deben estar totalmente destensadas.
- Tomarlo por la asas y pasarlo sobre la cabeza.
- Ir ajustando las cintas de los hombros hasta que el equipo se asiente cómodamente en la espalda.
- No tensar demasiado.
- Abrocharse el cinturón y tensarlo.
- Volver a tensar las cintas de los hombros de forma que el peso quede repartido entre espalda y los hombros.
Colocación de la mascara:
- Colgarse la mascara del cuello mediante la cinta transportadora.
- Coger ambos elementos de sujeción e introducirlos en sus respectivos alojamientos.
- Colocarse la mascara en la frente y presionar sobre el marco del visor de modo que todo el cerco de la máscara tenga contacto con la piel para asegurar su hermeticidad.
- Conectar el regulador a la máscara y a la línea de media presión.
Comprobaciones antes del uso:
- Comprobar la presión de la botella.
- Abrir la válvula de la botella y comprobar la presión en el manómetro.
- La presión no debe ser inferior a 270 bar en botellas de 300 bar
- Comprobar la estanqueidad de la alta presión.
- Cerrar la válvula de la botella y observar el manómetro
- La presión no debe bajar más de 10 bar en 1 minuto.
- Comprobar el silbato de alarma.
- Vaciar lentamente el circuito y observar el manómetro.
- El silbato debe activarse a 55+/- 5 bar
- Comprobar la hermeticidad.
- Sin presión en el circuito, aspirar hasta que se produzca una depresión.
- Retener brevemente el aire.
- La depresión tiene que mantenerse constante y no debe entrar nada de aire del exterior.
- Repetir varias veces la verificación de hermeticidad.
- Si no es posible conseguir suficiente hermeticidad, repasar que el marco de la máscara este en contacto con la piel.
- Las barbas, las patillas largas o los brazos de las gafas (emplear adaptadores de gafas para mascara) son causas de fugas. Si ese no fuera el problema, desechar la mascara.
Medidas de seguridad para el uso de cualquier tipo de ERA
En la utilización de los ERA, las medidas de seguridad básicas que deberán seguirse en todo momento, son las siguientes:
- Conocer la naturaleza de los peligros que implica el uso de los ERA y de los riesgos que supondría su no utilización.
- Realizar todas las pruebas pertinentes antes de la utilización de los equipos, aún cuando estemos seguros de su buen funcionamiento.
- Conseguir en cada uno de los usuarios un sellado perfecto del equipo, ya que existen circunstancias en la propia persona que hacen que ese sellado no sea satisfactorio (barba, patillas muy largas, patillas de las gafas, facciones pronunciadas,…).
- Ponerse el equipo antes de penetrar en la atmósfera tóxica y no quitárselo hasta salir a un lugar seguro.
- Respirar pausadamente para disminuir el consumo y, por lo tanto, aumentar la autonomía.
- No ir nunca solos, como mínimo dos personas en vigilancia mutua y constante y manteniendo comunicación constante con los compañeros que quedan en el exterior.
- Comprobar periódicamente el manómetro para calcular en cada momento el tiempo necesario para salir.
- No dejarse dominar por el pánico en el caso de cualquier suceso imprevisto.
- En caso necesario, compartir el uso del ERA con un compañero.
- Prestar especial atención al manejo de los cilindros, ya que al ser recipientes a alta presión son realmente peligrosos por el riesgo de explosión.
- Abrir la válvula siempre lentamente y con la absoluta seguridad de tenerla siempre bien sujeta ya sea con la espaldera o con las manos.
- La reserva de aire no está para ser utilizada, sólo para emergencias; tan pronto como suene la alarma hay que salir del recinto de inmediato.
- Asegurarse que el equipo ha recibido un mantenimiento adecuado; en caso de duda, no utilizarlo.